Sáb, 10 Abr 2021, 15:51
Asunto: Re: Diario de Freaky (indecencia y fondo)
Tenéis que leer el libro que pongo. Ya no se trata de escribir, se trata de jugar. Todo está planteado como un juego: las apps, los nuevos terminales, los móviles. Yo no creo exactamente que sea un retroceso, es un cambio. Porque los programas funcionan en base a gente que sabe como se utilizan, los diseñan y los explotan. Hay cierta polarización, gente muy lista, y gente que se ha quedado atrás (myself).
Se trata de hacer que la conexión se alargue lo más posible. No tanto por el contenido (que contenido ninguno) como por el hecho de darle a los botones. Se da contenido a través de los botones de blanco y negro, no a través del qwerty. No sé si se me entiende. El caso es facturar tiempo (nuestro tiempo) dentro de la aplicación de turno. Eso no nos soluciona la vida, ni la facilita en absoluto, pues estás metiendo tiempo en aire. Y mientras tanto los fulanos engordan la factura con la cantidad de minutos que cada uno está proporcionándoles, y también con la cantidad de información, y el como nos gusta la información. Ahí está la mandanga. Regalas tu tiempo, que sólo es uno. Si mañana la palmas, ya no hay más. Y se lo regalas a un ente muy abstracto, tan abstracto que aparece en forma de millones en la cuenta del Suquerber.
Además, parece que, a pesar del algoritmo de los cojones, de la cantidad de teras que hay metidos en controlar como percibimos la información, los gilipolllas que se supone que mandan en el cotarro no se enteran de nada. A fecha de hoy está el ejemplo claro de la vacuna que nadie se quiere poner, y los números que la avalan, más o menos igual que la vacuna de la gripe por ejemplo en cuanto a reacciones y muertes. Y el tratamiento de como se expone esta información parece que lo han diseñado unos niños. Resultado: el 70% de los madrileños no se la pone. Tanto tiempo dándole a los botones media humanidad, y no se enteran de como plantear de forma correcta asuntos que acaban cayendo en el amarillismo como si vivieramos en la edad media. Repito, eso no nos facilita la vida, no nos ayuda. El puto internet no parece ayudar demasiado.
Está claro como el agua. Por eso me gusta el formato de CEG. No hay publicidades, ni intervencionismos, y el tiempo sólo se pierde en el qwerty. Simplicidad, y rentabilización de mi tiempo (que es mío) tras la pantalla, menos gilipolleces.
Sólo hay una cosa que no se ha visto afectada por toda esta vorágine tecnológica en los últimos años: el libro de papel. De hecho, a pesar de haberlos gratis en las bibliotecas, el libro clásico de papel nunca se ha vendido tanto. Son esos comportamientos completamente erráticos los que me devuelven la fe en el imbécil del ser humano de forma radical, y a pesar de parecer lo contrario, me convierten en un optimista militante, pesimista militante en cuanto a lo de mi penca.
Su puta madre. Hoy tocaba test de penca. 1,9 km a 5:51, 1,8 km a 5:44 y 1,9 km a 5:37.
Tengo que inventar un nuevo color para el estado de mi penca. La expresión es clara: "por un hilo". La penca está bien. Responde. Pero hay una tensión que está directamente relacionada con la rotura a velocidades superiores a 5:30. No existe color clasificatorio. Sigo teniendo fe en mi penca izquierda sin tener que recurrir a métodos de pago: fisio, médico, ultrarrayos o suscripción premium a fisionline.com.
Seguiré a ferrón, tratando de resetear por las bravas, lidiando con mi octogenaria edad ósea, y rezando a los clásicos que no están en internet, como la Virgen de Pastoriza, de la que hice burla y me arrepiento, o musa mía, bien sabes que me arrepiento.
Mañana bici.com