Mér, 21 Out 2020, 17:51
Asunto: Re: Diario de Freaky (indecencia y fondo)
MARTES MAÑANA - Hoy había material. Con esto del cambio climático la decisión deportiva del día está imposible. Por la mañana ponía claramente en AEMET que iba a llover seguido, no mucho, pero seguido toda la mañana. Cuando dieron las tantas y ya no tenía tiempo para hacer un entreno ciclista en condiciones la cosa estaba clara, no llovería. Cagándome en todo y con cierta pereza de los entrenos, no, más bien de los recorridos de carrera, empecé a darle al tarro para variar los circuitos teniendo claro que ni piscina, ni carretera. La idea de ir a Meicende volvió a mi cabeza y me puse a medir la ruta en el wiki. Tiré un poco más allá y programé una ruta piadosa. Coruña-Grela-Meicende-Pastoriza-Virgen. Los que no sean de la zona no tendrán ni flores, pero los creyentes de verdad tienen a la Virgen de Pastoriza como el número uno, el top ten de los milagros en nuestra comarca. Se me ocurrió que podía hacerle una visita, pues siendo yo lo más lejos posible de un creyente, si tengo que creer en alguna virgen, tengo claro que es esa. Tiré por abajo: glorieta de La Grela, recta del Dolce Vita (un lugar gigantesco que se fue al tacho al competir con Marineda), seguí por detrás de la fábrica de Alcoa (presenté mis respetos) y al llegar a la gasolinera de Meicende empecé la subida. Al final en 46 minutos llegué a la Virgen, 5:58 de media, 245 m de desnivel acumulado. Al llegar paré un rato a estirar, pues empecé a notar cierto calambre en el bíceps de la pierna izquierda. El rato que paré allí, unos tres minutos, tres personas fueron a presentarle los respetos a la Virgen, lo cual me parece que, si se contabiliza una persona por minuto, nadie, digo nadie tiene tanto tirón en este momento, ni los putos influencers, ni los jodidos likes. Dos viejas y un viejo. La misma rutina: besar a la estatua de tres metros de alto, santiguarse, acercarse al cruceiro, santiguarse, rezar un poco sobre un altar que hay allí y meter algo de pasta en el cepillo móvil que hay incrustado en el altar. Es curioso, hay una especie de urna en la que se pueden meter billetes y monedas. La urna está al lado de la carretera, no hay cierre, no hay vigilancia… “no hay huevos a chorarle a la virgen”, pensé. Ni okupas extranjeros, ni choros Montealto, ni profesionales, ni pastilleros de turno. El cepillo permanece allí, intocable. Me acerqué a echarle un vistazo, imagino que con una piedra de dos o tres kilos es suficiente como para romper el mortero que lo une al altar: “no hay huevos a chorarle a la virgen”, volví a pensar. Con el rabo entre las piernas arranqué de vuelta a casa. Ahora hay otros 245 m de desnivel en negativo, la penca izquierda está pidiendo relajo por impacto, con lo que no le voy a poder dar bien. Improviso la vuelta, en vez de por el medio de La Grela, por la Avenida Finisterre, por la ruta primigenia. Ya lo conté mil veces. Allá por el año 90, unos cuantos de mi calle sin nada que hacer decidimos correr desde la Ronda de Outeiro hasta el Pazo de la Refinería. Son dos kilómetros de mierda, pero ese día a algunos nos picó un bicho que daba bastante pleasure. Ese día todo cambió con una sensación exultante, relajante y alienante que te daba el régimen cardiaco de la carrera. A partir de ese día, unos más que otros nos dedicamos a arrastrar nuestra indigna adicción con toda la dignidad que era posible. Pasé por la ruta primigenia recordando los detalles: no existía nada parecido a la 3ª Ronda, sí estaban los okupas de la refinería, Caramelo, S.A. estaba funcionando a todo trapo, y el cruce de la Ronda de Outeiro con la Avenida de Finisterre se regulaba sin semáforos. Al llegar a casa paré el crono, en un ritmo sin forzar en los 38 minutos, ocho menos que la ida, en 5:04. 15,25 km en 5:31. Me vale. De postre una molestia nueva que creo controlable.
MARTES TARDE – La idea es desplazarnos a la piscina con el tiempo justo que nos da la conciliación para hacer, yo, un entreno de piscina. Otras personas lo que el protocolo les deje. El problema fue que al llegar al Parque de Artillería nuestra apariencia estaba maldita y los Nacionales nos pararon para comprobar que no éramos quienes parecíamos ser. Supongo yo que nuestras pintas no son las convencionales, nuestro coche es una mierda, los pelos están demasiado largos y es rara una pareja a media tarde con aspecto de estar en el paro, o haciendo trapis. Bien. Una vez comprobado con mucha educación, poca empatía, que no éramos del Daesh, ni de ETA, ni transportábamos drogas, ni habíamos hecho un butrón esa tarde, nos dimos cuenta que ya no daba tiempo para un 3000, en mi caso. “Ya pueden seguir…”, después de 15 minutos (lo que lleva un 1000 más o menos). “¿Todo bien, no?”. “Sí, sí, todo correcto Sr. Ud.”. Les disculpé en diferido y empecé a pensar que entreno hacer. Al final la core da sus frutos y me decidí por algo de velocidad en piscina. Sólo iban a ser 40 minutos. Primer mil de calentamiento a 1:59. El segundo mil lo hice fragmentado: las idas a 1:59, tratando de mantener el ritmo habitual, las vueltas pisándole un poco. Fueron los 1000 metros en 1:51. Las vueltas fueron 10 largos a una media de 1:42. La conclusión final es que sirvieron para medir el hombro, que estuvo perfectamente en su sitio, y para activar el pulmón sin llegar al jadeo. Fueron 1000 metros de continuo, así que no fueron series. Con las series se pierde más tiempo, y a la cabeza no le va bien eso de pararse, al menos en mi caso. Queda incorporado ese último mil a 1:51 para el resto de los entrenos de rodaje (de menos de 3000). A ver si voy volviendo a pillar algo de velocidad.
MIÉRCOLES – Tabla Core completita. Aumente el tiempo de los asaltos en la tabla 34, pasando a ser tabla 51, y sumando a la de 30. Hice 81 minutos de core.
Over.