El Correo Gallego: Vigo, Nigrán, Baiona

Las motos llegan a la Vig-Bay

J.CARLOS BASTOSVIGO

Cuando algunos aún se saludaban en la línea de salida, activaban sus piernas, atusaban sus dorsales, ellos ya no estaban. Constituyeron una visión fugaz. Un pestañeo era una despedida. Sammy Tum, de Kenia, y Daniel Andrew, de Tanzania, engrandecieron ayer el medio maratón Vig-Bay, esos 21 kilómetros de costa y cuesta, de brisa poderosa, de asfalto envenenado, que enlazan Vigo con Baiona.

Ganó, con autoridad, el keniata, un atleta de extrema delgadez y sobresaliente altura que cuando alzó los brazos señaló una marca de primer nivel internacional, un tiempo envidiable para cualquier carrera de elite europea.

Tum rompió la cinta una hora, dos minutos y cinco segundos después de su puesta en acción. Es el nuevo récord, descomunal, de la Vig-Bay, que poseía desde la anterior edición su compatriota Muriuki con aquel ahora modesto 1.04.27.

El keniata y el tanzano decidieron convertir la carrera en dúo en el instante en el que sonó el pistoletazo. Y Tum decidió transformarla en prueba unitaria cuando le apeteció. Fue en el tramo final, margen de sobra para aventajar a su frustrado compañero en más de medio minuto. Por detrás, nada menos que a cinco minutos, corría sin referencias Hosea Kipyego, aunque a la vista de Elías Domínguez, quien también sufrió la condena de la soledad. Fueron tercero y cuarto, por delante de Óscar Fernández.

En categoría femenina sucedió algo similar. La keniata Caroline Cheptonui cruzó la meta con un increíble tiempo de 1.11.47 y bajó en tres minutos el récord de Irene Kimbawe. Segunda fue su compatriota Jennifer Chesinon, con 1.13.08. Dos marcas excepcionales que situaron a estas mujeres entre los quince primeros de la prueba. El tercer puesto fue para la corredora del Comesaña Mari Carmen Penas.

Esta quinta edición de récords reunió en Samil a 1.092 atletas y en el corredor costero Vigo- Baiona a los numerosos aficionados, cada vez más, que han convertido esta prueba en punto de encuentro al comienzo de la primavera.

El primer español clasificado, el vigués del Celta, Elías Fernández, destacó las ventajas del fuerte viento a favor, que alimentó las inmensas cualidades de los atletas de cabeza. Reconoció que el ritmo del ganador, 2.57 por kilómetro, es estratosférico y subrayó que "corrí en solitario, porque tuve a la vista al tercero, pero no pude alcanzarle''. Expresó su satisfación por su rendimiento a siete días de su participación en el maratón de Vitoria.

Enviado por e o 30-Mar-2004 (772 Lecturas)