Lun, 21 Set 2020, 14:02
Asunto: Re: Diario de Freaky (indecencia y fondo)
SÁBADO: El sábado estrené el nuevo neuropink que me costea la seguridad social. Unos 3500 napos, el 33% los puso el concello gracias al programa CMF: "Coruña Mente en Forma". Es un chip implantado en el cerebro. Mi planteamiento es el recomendado por el neuromédico de cabecera, usarlo para no olvidarme de las pequeñas cosas, para hacerme la vida MÁS fácil. Estas cosas con 46 chufos empiezan a pasar. Ayer mismo Doctor, cocinando, pensé: "Voy al rocho a pillar el azúcar". Cuando llegué no había retenido el sustantivo, tuve que volver otra vez a la cocina para acordarme, era el azúcar, el azúcar para echarle al postre de Filipinos. “Si le empiezan a pasar estas cosas… Neuropink”, dijo el facultativo. El uso es muy sencillo. Telapela (la empresa que lo suministra) me ha colocado un puerto USB, a mí mismo, a myself. Durante unos días, antes de la operación, estuve pensando donde ponerlo. En las manos, en los pies, me parecía poco higiénico, tampoco lo recomendaban. Todo el día lavándome las manos con el gel hidrológico de los cojones y el USB medio húmedo, mejor no. Tampoco podía ser en una zona demasiado visible, a ver si la peña se va a creer que soy una especie de friki, dejan de hablarme y me echan de las entrevistas de trabajo. Después pensé en injertarlo en una cacha. “El problema de la cacha es que no está muy cerca del terminal de descarga, pero es el lugar ideal”, dijo el técnico Telapela. Yes, la cacha es blanda para posibles infecciones, no es visible excepto para mí, y si hace falta me pillo un cable USB de cinco metros (que los hay) para poder conectarme al portátil. La conexión inalámbrica no la cubría el fondo europeo. Cacha pues.
“Es fácil, conecta Ud. el USB al Portátil, en RAM no parece que su cerebro ocupe mucho”. “Bueno ya, de eso se trata, me olvido de las cosas”. “Bien, eso es bueno, así tenemos más sitio y le podemos poner uno de 2 teras si quiere”. “Señor Ud., lo que usted diga”. “Sí mejor uno de 2 teras, el de 1 tera se le va a quedar justo para lo que Ud. trae de serie (torpe de baba)”. “Vale ponga usted, sí”. “Lo único que tiene Ud. que hacer es bajar la aplicación a sus dispositivos, ¿Sabe lo que es una aplicación? ¿Y un dispositivo?”. “Pues no, oiga”.
Después de la conversación pertinente cargué el asunto y va bien. No se me olvidan las cosas en la memoria a corto plazo. Lo del azúcar no me volvió a pasar. Todo está contemplado por Telapela, con actualizaciones en vena y todo eso. Hasta en el Froiz una extraña sensación te hace coger antes la Coca-cola que el agua mineral, antes los Activia que los Larsa. Claramente funcionaba perfecto. Fue entonces cuando pensé en descargarme las aplicaciones de Garmin. Vinculas el Neuropink con el Garmin y mientras nadas no tienes que contar los largos. Maravilloso, siempre me rallo con eso. Vinculas el Neuropink con el Garmin, y mientras vas en la bicicleta puedes cerrar los ojos y tienes todo tipo de respuestas de seguridad automáticas. Te sales de la carretera, el Neuropink en comandita con el satélite que le proporciona el Garmin, automáticamente te recoloca en la calzada en el sitio correcto. Vinculas el Neuropink con el Garmin y mientras corres ya no tienes que acordarte de respirar, el Neuropink lo hace por ti en el régimen correcto, para que no haya hipoxia, para que no haya hiperventilación. Como la seda neno.
El dispositivo se conecta en la raíz del cerebro con el hipotálamo, la hipófisis, y el bulbo raquídeo, y mediante impulsos electromagnéticos coordinados con la aplicación del móvil, con el Garmin, y con la red Wifi de La Solana hace que tu entrenamiento sea más efectivo, más mallao... Y a luego ya te descarga en la Éxcel directamente los datos. Y el cabrón se te conecta solo a los diarios de Correr en Galicia y ya explica si viste a la gallina, al puto aguilucho, o si un camión te pasó por encima. Hasta podría mandarle a mi mujer los datos reales de mi aplastamiento por ocho ejes. “Es importante antes de palmarla fijarse en la matrícula del Nissan de turno para que le llegue simultáneamente después en captura al móvil a la señora, a la DGT, a la jueza, y a mis 10 contactos más usados de Wsap”. “Así lo haré”. El único problema de Neuropink es que está tan estrechamente ligado a mi cerebro que tiene acceso a mis sentimientos más profundos, a mis reacciones más humanas, a las más preciosas, a las más sinceras, a las más primarias. El día del estreno active la aplicación de ligar. Existe una aplicación para ochentas que se llama “ligar”, sí. Gracias a Neuropink tuve un lio con Salma Jayek, cuando en realidad era el camionero ese que podía haberme atropellado. Neuropink se ocupó de que yo sintiera a Salma, el camionero a su puñetera discreción.
Más o menos, todo eso es lo que me pasó el sábado. Después de una semana complicada, muy acumulativa de entrenos, el Neuropink se decidió por un entreno en piscina corta de 25 metros. Los sábados por la tarde de septiembre la gente está ocupada: resacas, compras para el nuevo curso, visitas a familiares. La piscina de 25 m, que además está en la zona covid anti-niños estaba vacía. Neuropink hizo sentir en mí que me iba a sentar mejor un entreno en corta después de tanta tralla. Me sumergí en el agua. De entrada, estaba perfecta de temperatura (Neuropink había adaptado las sensaciones de mis huevos a la temperatura ideal de 20ºC, cuando en realidad el agua estaba congelada como siempre). Empecé a nadar sin tener que preocuparme por el ritmo, por las vueltas, por la cantidad de largos. Neuropink se ocupaba de todo. Neuropink me iba a convertir en un superatleta, las sensaciones del agua, el régimen respiratorio, las vueltas, la fuerza perfecta en el hombro para no lesionarme, la música escogida por Spotify en mi gerolo mientras nado: una sutil mezcla de metal, heavy, progresivo y cintas de casete de celta para el ochentas de turno... Todo siempre desde lo primario, desde el puñetero centro de mi médula espinal, y sólo por 3500 euros excluidas subvenciones. En lo mejor del entreno me entró sueño. Pensé en la opción sueño, un menú disponible para los de 2 TB, aún en pruebas. “El menú de sueño no está del todo fino”, dijo el técnico, por lo visto el ese algoritmo está recién conectado. Como soy un vago me dije: "Mientras hago los últimos 34 largos voy a sobar, que coño". Para eso me había instalado el de 2 TB, y ya que espabile el algoritmo.
Al final 3000 m, ritmo medio de 2:02. El problema fue, que al despertar tenía delante la cara del socorrista. Como llevaba mascarilla tardé en darme cuenta de su cabreo. Por lo visto con la opción sueño le había espetado dos manotazos a tres purilas, me había cambiado de calle dieciocho veces mordiendo además las corcheras, tenía los ojos rojos de haberme arrancado las gafas, moratones en los codos, y mi bañador tenía un extraño color, entre marrón y amarillo.
La sensación de euforia era tal, que después de los insultos del socorrista, de la retirada de la admisión en La Solana, y de pagarles los nuevos filtros antiheces. Salí de allí con la sensación insuperable de ser un superatleta.
Está claro, Neuropink va bien.
DOMINGO: Tocaba carrera. El gemelo izquierdo seguía en amarillo pero daba igual, los pasmas municipales de Oleiros me persiguieron durante todo el recorrido por si paraba de correr, para ponerme la multa por no llevar mascarilla. A pesar de pasarlo fatal, ponérseme el gemelo amarillo, azul, naranja y rojo no podía parar, los pasmas me multarían por no llevar mascarilla injustificadamente. Forcé a saco, pero Neuropink se ocupó de todo. Llegué a casa fresco como una lechuga.
Al final, ruta del Coronel (Maratón de las Arenas gracias a Neuropink), ida en 36:26 y vuelta en 36:59. 14,50 km a 5:04 de media. Los pasmas no me importaban, en realidad eran Bruce Springsteen y Bon Scott, cantando en bucle Thunderoad y Hell´s Bells.
Neuropink se ocupa de todo.
Cierro la 3:
Fuerza: 2 horas 16 minutos, dos sesiones.
Natación: 7000 m a 2:04, dos sesiones, una corta y otra larga.
Ciclismo: 100 km a 2:11, dos sesiones mensurables Oblivion.
Carrera: 23,70 a 5:03, una sesión de "calidad", otra de largo.