Ven, 28 Ago 2020, 19:28
Asunto: Re: El diario gatuno de Slump
Cuaderno de bitácora. Séptimo año del gato. Día 53.
BBAC: veintiocho de veintiocho.
Veintiocho días después, huyendo de los zombis de Danny Boyle, corrí de verdad.
Primero pedaleamos hasta Vila Nova de Cerveira, a ritmo superior al de un paseo silbado de
Verano azul e inferior al de un entrenamiento ligero. De los ciclistas con los que nos cruzábamos sólo uno decidió que éramos dignos de un saludo, los demás nos ignoraron correctamente por domingueros (y además en viernes).
Y una vez allí, en el área recreativa bien cuidada, con el Miño de compañía, el sol arrancando destellos del azul y el verde, las hojas empezando a caer adelantando un otoño no solicitado, un diminuto Central Park portugués, y viendo la ecopista que seguía hacia Caminha, pensé que aquéllos eran el lugar y el momento perfectos para hacer los cinco kilómetros.
Y así fue. Con sensaciones olvidadas, con ganas de apurar, con ánimo. Con el río a mi derecha, dejando grupos de pequeñas embarcaciones amarradas, pescadores, islotes, peregrinos que se dirigían al albergue del Cais da Mota y su playa fluvial, en donde los niños saltaban al agua desde el pantalán y yo di la vuelta.
De regreso aceleré, al calor de las tres de la tarde y con los cuádriceps cargados pero todavía con fuerzas. Sorprendentemente. Extrañamente. Aunque no tanto como el perro que, subido en un monopatín, venía arrastrado por su animalista. ¿Cabalgamos, y luego si tal ladramos? Seguí y acabé en veintitrés minutos justos y con cara de veintidós, que es lo mejor.
Como el Ave Fénix resurjo de mis lesiones