Sáb, 04 Xul 2020, 9:48
Asunto: Re: El diario gatuno de Slump
Cuaderno de bitácora. Sexto año del gato. Día 364.
Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas, por Lewis Carroll.
I. Superando el muro
........Alicia estaba aburrida y somnolienta un domingo de confinamiento, cansada de hacer pan en casa y de ordenar los cajones según el método aprendido de una experta japonesa, cuando desde su ventana vio de pronto a un hámster que pasaba apurado por el jardín consultando la distancia (y no la hora) en su reloj deportivo. Cosas así y aún más raras ocurren con frecuencia en el rural y a la niña no le llamó la atención hasta que le oyó gritar:
........-¡El muro, el muro! ¡Ya llegamos al muro!
........«¡Bueno -pensó Alicia-, esto sí que es sorpendente! Que me pellizquen si alguna vez supe que hubiera algún muro aquí. ¿No andarán los vecinos moviendo los marcos?». Y salió a la calle para asegurarse. «¡Pero cómo, realmente
hay un muro ahora! ¡Y vamos directamente a chocar con él!». Y puesto que era una chica muy cumplidora se dio a sí misma el pellizco prometido.
........-Señor Hámster -preguntó, olvidando con la urgencia presentarse previamente-, ¿cómo haremos para atravesarlo?
........-Con los dientes apretados y sin rendirse. Ésa es la forma -fue la respuesta.
........Sin tiempo para más, Alicia cerró rápidamente la boca con fuerza y antes de poder murmurar
hidroxicloroquina (y querría veros a vosotros intentarlo sin separar las mandíbulas) notó una gran fatiga y una gran angustia y luego un gran alivio y de repente ya había cruzado al otro lado sana y salva.
II. Una tentación irresistible
........En cuanto se hubo recuperado del susto, Alicia se dio cuenta de varios cambios a su alrededor. Uno, que el hámster ya no se encontraba allí. Tres, que toda ella iba vestida con ropa de corredor. Y
dos, que en una mesita alguien había puesto unos platos con alimentos.
........«Tengo tanta hambre que no he respetado el orden en el párrafo anterior». Y se acercó a la comida.
........Una bandeja estaba llena de carbohidratos. La otra desbordaba de croissants, con un cartel que decía
cómenos. Alicia era muy obediente respecto a la bollería y no dudó en empezar a tragar hojaldres sin freno.
........«Vaya, juraría que estoy creciendo
horizontalmente -se preocupó un poco tras el quinto o sexto croissant-. Bah, seguramente si ahora tomo pasta de la primera fuente volveré a mi situación normal. Es el funcionamiento habitual en estas historias».
........-¡Ja! Así no lo vas a conseguir. Tendrás que correr para perder esa grasa. Puedes aprovechar y participar en una carrera -oyó una voz proveniente de una esquina.
........-Discúlpame, no había reparado en tu presencia -respondió Alicia, que de vez en cuando hablaba con una formalidad excesiva para su edad y para la de cualquiera salvo Juan Manuel de Prada.
........-Si no habías
parado antes difícilmente podrías haber
reparado después.
........El extraño se apartó de la oscuridad y la niña pudo contemplarlo por fin. Era un animal delgado, de patas largas, pecho voluminoso y rostro alargado en el que apenas cabía una enorme sonrisa.
........-¡Oh! -dijo Alicia, que había leído más novelas infantiles que libros de zoología-. ¡Eres un gato! ¡Eres el Gato de Cheshire!
........-Soy el Galgo de Zamáns, tonta. Siempre fui muy serio pero últimamente sonrío más. Ya ves.
III. Dentro y fuera
........-Muy buenos días -saludó Alicia muy alegre por la idea de ir a una competición.
........-Algunos lo son y otros no, ¿a cuáles te refieres? -respondió el Galgo de Zamáns.
........-Supongo que al de hoy.
........-¿Y no es aún demasiado temprano para suponer que será muy bueno el día
entero?
........-¿Podría decirme por favor dónde está la salida? -preguntó Alicia educadamente intentando reconducir la conversación.
........-No veo ninguna puerta que te cierre el paso. Basta con que camines un poco en cualquier dirección y ya habrás salido de aquí.
........-Perdón, quería decir la salida
de la carrera.
........-¿Y si querías decirlo por qué no lo has hecho? Pues bien, ahora mismo ya estás
fuera de la carrera, niña.
........-Ay. Lo que yo busco es el comienzo de la carrera para poder empezarla.
........-Entonces lo que buscarás será la
entrada, ¿no te parece? Está por allí, en esa explanada, adiós -le indicó mientras comenzaba a desvanecerse.
........Y como Alicia tuvo que aceptar que aquello era totalmente equivocado y a la vez perfectamente correcto, dio las gracias y se fue hacia la entrada de la carrera.
IV. Una inscripción de locos
........Alicia llegó a una superficie amplia y lisa. «No sé por qué la llaman
explanada si
todavía es plana» -pensó. En la zona había ya un buen montón de corredores preparándose de un modo muy curioso. Formaban dos filas enfrentadas y se adelantaban de uno en uno como peones de ajedrez que se encuentran en el centro del tablero, y al regresar cambiaban una posición con el compañero y repetían el movimiento, de modo que todos terminaban saludándose con todos al cabo de un rato. Y lo que se decían era:
........-¡Estás en todas!
........-¡Estás en todas!
........-¡Yo estoy fatal!
........-¡Yo estoy fatal!
........Alicia pensó que en conjunto componían un cuadro bastante ridículo pero se lo calló porque ya había encontrado la mesa de la organización. Tomaban el té la Liebre de las Tres Horas, Gargamel, el Caballero y el Carretero.
........-Buen día por el momento -dijo Alicia con cautela-. Venía a recoger mi dorsal.
........-Venías, venías, ¿pero
ahora a qué vienes? -preguntó el Carretero fumando.
........-¡Es la mejor carrera del mundo! ¡Mejor que Nueva York, mejor que Berlín, mucho mejor que Boston! -gritó el Caballero-. ¡Con cien mil millones de luces!
........-¡Prohibido escuchar música! -aulló Gargamel agarrando con furia un lápiz.
........-¿Estás inscrita? -preguntó la Liebre de las Tres Horas.
........-Sí, me he inscrito hace una semana.
........Y si os planteáis cómo es posible
esto si Alicia acababa de enterarse de la existencia de la carrera, entenderé entonces que todo el resto del relato os parece normal.
........-Una cosa es que te hayas inscrito y otra distinta es que
estés inscrita -aseguró Gargamel muy ufano.
........-Y aún es otro asunto el que
tengamos tu inscripción -apuntó el Carretero encendiendo un nuevo cigarrillo.
........-Y que, teniéndola, la encontremos -remató la Liebre.
........-¡Estás en todas! -saludó un corredor a quien los movimientos del grupo habían acercado.
........-¡Estás en todas! -acertó a responder Alicia-. De todos modos -continuó-, me gustaría ver antes el Reglamento.
........Y de repente se hizo un silencio absoluto.
........-Pe-pe-pero si
nadie lee el Reglamento nunca... -intentó protestar la Liebre.
........Alicia hizo caso omiso, que es el menor caso de que era capaz, y agarrando las hojas manchadas de té comenzó la lectura.
V. Jabberwocky
........No era poco el tarror. Ya galleaba.
........Piafaban clavicornios libres y dechorosos.
........Al compás se murgían los miembros aún terviosos
........y un grupo de lejinos por allí se amontenaba.
........¡Huye, hijo mío, del Hombre del Mazo,
........malinqüente del cuerpo, gran tragufa del alma!
........¡Teme al fruel Volismón, que en terrísona calma
........limindrará tus posiones pedacito a pedazo!
........El muchacho compró dos trecenas de geles,
........vaxelina por litros, zampantillas de lujo,
........se bebió cebatónicas con extracto de orujo
........y se fue a rezogar del triunfo las mieles.
........Y en cuanto achuflaba al dolómetro treinta
........vino el Hombre del Mazo con dedos de barbosa,
........ojiturbio y gangloso, sugitando su cosa,
........con sus miserias todas (más lo que no se cuenta).
........¿Muros a mí? ¡Zas! ¡Pam! Tantas noches de invierno,
........carregales de entrenos... ¡No me vengas con muros!
........¡Zas! ¡Pum! Le golpea con cambios, le mete ritmos duros.
........Colgaré su cabeza del clavicornio en el cuerno.
........¿Derrotaste a la bestia? Di: ¿maratonaste?
........Hay sangre en tus pinzones, calitre en tus mejillas.
........Orgullento te abrazo, hijo de mis rodillas.
........¡Ahú! ¡Ahú! ¡Flandioso día! Y por hoy baste.
........No era poco el tarror. Ya galleaba.
........Piafaban clavicornios libres y dechorosos.
........Al compás se murgían los miembros aún terviosos
........y un grupo de lejinos por allí se amontenaba.
VI. Hablando se entiende la gente
........-Vaya -se quejó Alicia-, este Reglamento no regula nada, y además aquí hay muchas palabras que no comprendo.
........-Ni yo. Por eso no lo lee nadie. Pero creo que puedo ayudarte con algunas -respondió la Liebre-. Veamos.
Tarror es el dolor de cabeza, como se adivina fácilmente.
Galleaba porque era la hora en la que cantan los gallos. Seguramente son los culpables del tarror -le susurró a Alicia como si compartiesen un secreto.
........-Y el
clavicornio es...
........-Un antiguo instrumento musical de cuerda pulsada que sólo puede ser tocado por una joven virgen. Verás, el clavicornio se acerca galopando a la doncella y se duerme en su regazo...
........-¿De qué año es ese instrumento? -interrumpió bruscamente Alicia, que no se creía demasiado la historia.
........-¡De mil seiscientos veinte! -contestó sin dudar la Liebre-. Lo recuerdo muy bien porque me lo he inventado esta misma mañana.
........-Perdón -se avergonzó Alicia-. Continúa, por favor.
........-Estar
tervioso es estar a la vez tenso y nervioso, con lo que se ahorra tiempo y dinero.
........-¿Por qué dinero? -se extrañó Alicia.
........-Porque así el masajista sólo puede cobrar por una palabra. Los
lejinos son los vecinos que viven más lejos, es claro. Y
amontenarse es juntarse unos cuantos para protestar y gritar que vayamos a correr al monte.
........-Para empezar ya es suficiente, ¡muchas gracias! Pero creo que
malinqüente está mal escrito -se atrevió a corregir Alicia-. Aquí, en el segundo punto -señaló el párrafo con el dedo.
........-¡Vaya! Te aseguro que nunca he visto yo una diéresis que no llevase un
segundo punto. Claro que sólo soy una liebre, la próxima vez preferirás tratar con un gato, ya estoy acostumbrada al cambiazo, ¡buenos días!
........La liebre saltó cuando menos se pensaba Alicia y se marchó veloz, tanto que la dejó con el índice todavía levantado y marcando ya el aire vacío. Al fondo se oían las voces:
........-¡Estás en todas!
........-¡Yo estoy fatal!
........-¡Prohibido escuchar música! ¡Que le corten la cabeza!
........-¡La mejor prohibición del mundo...!
VII. Tweedleguee y Tweedlecree
........Alicia ya no estaba sola. A su lado se encontraban dos personajes tan parecidos entre sí que se tuvo que frotar los ojos para cerciorarse de que no veía doble.
........-Frotarse los ojos sólo empeora la visión -dijo uno.
........-Sólo la empaña más -añadió el otro.
........-¿Quiénes sois?
........-Somos los gemelos Tweedleguee y Tweedlecree -respondieron juntos.
........-Encantada de conoceros. ¿Y cuál es cuál? -preguntó-. ¿Cómo os distingo?
........-Bueno, yo soy de Sparkland -contestó uno.
........-Eso es. Y yo también -replicó su hermano.
........-Pero lo principal es que yo corro.
........-¡Ajá! Y yo también.
........-Pero nunca a la vez.
........-¡Nunca! -terminó Tweedleguee o quizás Tweedlecree.
........Alicia probó a leer los nombres en los dorsales para identificar a cada uno pero por falta de espacio en ellos sólo habían podido escribir
Tweedle. «Así no hay manera».
........-Como ves es muy fácil -concluyeron al mismo tiempo, sonriendo inocentemente-. Nos turnamos en las actividades para diferenciarnos. Lo difícil es acertar
contigo, si siempre lo haces todo al mismo tiempo que tú misma.
........-¡Pero eso es una tontería! -protestó Alicia-. ¡Claro que sé quién s...!
........-Si adelantas al segundo en una carrera, ¿en qué posición quedas? -preguntó uno de los gemelos antes de que pudiese terminar la frase-. ¡Rápido!
........-¿Primera? -titubeó Alicia, que no era muy buena para los acertijos.
........-No lo sabemos, nunca hemos estado tan cerca de la cabeza -contestó el otro un poco triste-. Y si adelantas al último, ¿cómo quedas?
........-¿Penúltima? ¡Última!
........-No, quedas descalificada por colarte en una carrera. ¡Ajá! ¡Descalificada! ¡Descalificada!
........Tweedleguee y Tweedlecree la rodearon y comenzaron a dar vueltas en torno a ella mientras gritaban y gritaban, hasta que Alicia tuvo la sensación de que el mundo entero giraba a su alrededor. Pasaban volando el hámster, la Liebre de las Tres Horas, el Carretero, Gargamel, el Caballero, el Galgo de Zamáns, los papeles del Reglamento, la bandeja con los croissants, el muro, los corredores...
VIII. De regreso
........Y Alicia despertó sobresaltada en el sofá. «Vaya, si todo ha sido un sueño» -se dijo medio tranquilizada y medio apenada. Los gatos jugaban en el jardín. Los vecinos movían los marcos. Estaba de vuelta en el mundo de siempre, donde no existían los clavicornios y no había carreras. «¡Ay, ojalá pudiera escuchar otra vez esas frases que antes me sonaban tan tontas!
¡Estás en todas! ¿Tú a qué ritmo vas? ¿Qué distancia te dio? ¡Yo estoy fatal!» -suspiró. Salió al exterior y les contó sus peripecias a Penaldo y Redford, que la miraban con atención (por si les llevaba comida).
........Y después corrió en solitario por el pueblo dos kilómetros para abrir el apetito.
........«Por suerte en este lado del espejo también hay croissants». Conque se fue pedaleando a la terraza del bar a reponerse del ejercicio y las emociones. «No pienso llevarte» -dijo, y dejó en casa el odioso trozo de tela con gomas. Porque estaba de regreso a la vigilia y la realidad y comenzaba otra historia aún más increíble que las que había imaginado: las desventuras de Alicia en el país de las mascarillas.
Como el Ave Fénix resurjo de mis lesiones