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San Silvestre Pontevedra
03-Xan-2005
GONZALO MÃ?â?°NDEZ Pontevedra
Setecientos veintincinco deportistas y no tanto desafiaron el recorrido de
la San Silvestre Pontevedresa en su vigésimosegunda edición. La
Sociedad Gimnástica organizadora del evento quiere convertir en una auténtica
fiesta deportiva esta carrera y darle el mayor protagonismo popular posible dejando
al margen en lo evitable el rango competitivo. Los miembros de la Sociedad
Gimnástica y un grupo de jueces voluntarios (Geni, Mariló,
Chelo o Carlos entre ellos), eran los encargados de que todo estuviese en su lugar
con la colaboración de la Policía Local.
Quizás se pueda mejorar la entrada a la meta y haya que agilizarla por
aquello de que el tiempo a veces no ayuda. Por todo ello se pudo comprobar que
entre los participantes había muchos que lo eran por única vez en
todo el año, otros deportistas de distintos equipos locales que daban un
enorme colorido a la prueba.
La avenida de Montero Ríos era un río de deportistas momentos antes
de las cinco de la tarde. Rosana López, ex atleta de la Sociedad Gimnástica
y delegada provincial de Cultura era la encargada de dar el pistoletazo de salida
en una tarde ligeramente fría pero muy aceptable para hacer deporte.
Desde la salida se pudo apreciar el carácter festivo de esta edición,
los atletas que querían hacerse con el triunfo ya se destacaban en los
primeros metros y todo se realizaba según el guión previsto. Poco
más de 12 minutos tardaban el marinense Víctor Riobó y el
vigués Elías Domínguez en luchar por la victoria.
Velocidad
Al final el marinense se impuso a un pundonoroso Domínguez, que todavía
no estaba totalmente repuesto del enorme esfuerzo de su exhibición en el
Desafío HQR en la que fue uno de los protagonistas más importantes.
La tercera plaza se la llevaba un Arturo Sanmarco que continúa su enorme
mejora en esto del fondo. El apartado femenino era idéntico al de los hombres,
repetía victoria al igual que Riobó la moañesa Agueda Blanco
muy superior a la local Laura García-Tuñón y a Raquel Landín
(hija del entrenador de fondo Carlos Landín) y que corría con los
colores de su equipo el Tossal Silla Alacant.
Hubo mucho pelotón conocido por todos, no podemos dejar de mencionar al
director técnico de la expedición de Roncesvalles con un esguince
en el hombro Javier Vázquez finalizó con todo su orgullo su particular
San Silvestre al igual que un muy recuperado Jose Antonio Ramallo. El presidente
teucrista Evaristo Estévez volvió a ser de la salida, al igual que
un asiduo popular como Jaime Agulló , Toño Puga, el doctor Cruces
y su familia, el equipo de rugby de los Mareantes o el ex Leis y reciente fichaje
del Lanzarote Víctor Méndez... Los hermanos Domínguez dejaron
una vez más al balonmano para acompañarnos.
Como no, tampoco faltaron a la cita otros de los héroes del desafío,
el más veterano de la San Silvestre y no era otro que Manolo Rosales
y lo hacía en compañía de Miguel Iglesias que fue uno de
los más jóvenes de la caravana del HQR! Hubo detalles de Navidad
para todos los participantes y un sorteo de dos bicicletas donadas por la Deputación
y que entregaba Teresa Pedrosa al marinense Carlos Villanueva y a la atleta de
Atletismo Barbanza Iria Delgado. Asimismo se le entregaron a Carmen Pazos y Suso
Mariño unos recuerdos por su participación como deportistas discapacitados
intelectuales. Quizá se notó la falta en la carrera de algún
político, espero que sea por aquello de que ya están en buena forma
y no porque el deporte sea una rémora para ellos.
Tradición
La tradicional entrega del Trofeo y lacón a los ganadores por parte del
alcalde Miguel Anxo Fernández Lores dio por finalizada esta edición
de la San Silvestre que mantiene el espíritu de deporte popular entre los
participantes que año tras año se acercan a Pontevedra para despedir
el año deportivamente. Las clasificaciones quedan como una mera anécdota.
Esperemos que a partir del año que comienza los organizadores de pruebas
sobre todo de menores incluyan algunas no competitivas, distintas a las habituales
y recomendadas por cierto en un precioso libro que acaba de editar la Federación
Española con el titulo de "Jugando al atletismo".
La San Silvestre fue un claro ejemplo de una prueba de carácter absolutamente
festiva en la que los atletas se divirtieron a lo grande recorriendo los más
de tres kilómetros de que constaba el circuito de esta tradicional carrera.
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