Sáb, 09 Xuñ 2018, 21:49
Asunto: Re: Diario de Gefreiter
Jueves 7: descanso.
Viernes 8: día muy liado, casi no pude ni encontrar hueco para el trote pre-competición, al final salí a las nueve de la noche y más que nada por no descansar dos días seguidos, aunque os parecerá una tontería.
Sábado 9: carrera de Touro. Llovía. Bueno, para ser exactos llovía a jarros. O para ser todavía más precisos lleva cuatro días lloviendo a cántaros (parece ser que el lunes cambiará el tiempo por fin). Llegué con tiempo, me metí en el coche a leer una novela y la verdad es que no apetecía salir a calentar. Lo reduje al mínimo pero el caso es que en la línea de salida ya estaba empapado. Había sesenta y pico apuntados pero unos cuantos se lo pensaron mejor después de mirar por la ventana y al final solamente hubo 47 llegados a meta, aunque los rivales de referencia estaban todos.
Como la carrera es al 50% por caminos de tierra y os podéis imaginar el estado en el que se encontrarían después de la lluvia de esta semana opté por unas zapas recias de rodaje, las voladoras serían contraproducentes.
Se da la salida, picando hacia abajo pero pronto se gira a la izquierda y tenemos la primera cuesta de muchas, todavía en asfalto. Me coloco a la cola del grupo de cabeza de doce corredores. Pronto comienzan las pistas de tierra, la gente se embala y yo me descuelgo porque lo último que necesito a estas alturas es reventar y pasarme media carrera arrastrándome. Va a haber muchos pinchazos en esta prueba y yo no quiero ser uno de los que pinchen, por variar.
Seguimos arriba y abajo por pistas embarradas y hacia el km 3 voy todavía de 12º, me alcanza uno que venía desde atrás y nos vamos relevando para alcanzar a los que se van descolgando de la cabeza. Aunque sufro en las cuestas, en los tramos llanos (alguno hay) recupero mucho terreno y empezamos a cazar gente, primero uno, luego dos que iban juntos que nos llevaban ciento y pico metros a los que pillamos en el km 5º (pero que van haciendo la goma detrás de nosotros) y luego a otro más. La verdad es que se agradece ir de menos a más, y sin estar pletórico de fuerzas no me siento nada mal.
A todas estas el recorrido es casi un cross, hay tantos charcos que ni tratábamos casi de evitarlos, Hacia el km 7 hay uno que es para hacerle una foto, porque es de los que te cubren el tobillo, tiene unos cinco metros de largo y cubre todo el ancho del camino con lo cual es imposible evitarlo salvo que pueda uno dar un salto tipo Bob Beamon en medio de la carrera. A esas alturas tenemos a unos cien metros a dos corredores más y les vamos recortando distancia pero muy poco a poco. Hacia el km 8º se me escapa mi compañero improvisado y las piernas ya no van frescas, toca sufrir. Después de un cuestón en el km 9º me digo a mí mismo que como haya otra más igual reviento, porque al volver al llano las piernas ya no se recuperaron. Efectivamente quedaba una cuesta más, la subo como puedo mirando para atrás porque me persiguen dos de los que habíamos adelantado antes, pero por suerte ya veo que entramos en el pueblo. Queda una recta larga que al final pica abajo. Por delante ya no puedo alcanzar a nadie de manera que me relajo, controlando solamente que no me den un susto los que viene por detrás.
Finalmente 8º, 39:16 para más de 10km, según la organización es un ritmo de 3:48. El año pasado hice medio minuto más pero porque colapsé totalmente, hace dos llegué en buen estado de forma (también con mejor tiempo claro) y marqué 38:37. Al final fui segundo en mi categoría de veteranos porque otro veterano B quedó de cuarto sacándome un minuto. No tenía ni idea de que tenía otro veterano B delante pero tampoco hubiese podido hacer nada, o sea que no quedó más que felicitarle.
El ganador me sacó 2:20.
Pues eso, balance positivo. Estando bien hubiese podido dar más guerra arriba porque había varios a los que otras veces gano, pero en mi estado de forma actual hay que ser realistas. Además desde que me he mentalizado de que estoy a principios de temporada y no a finales no me exijo rendimientos fuera de mi alcance.