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El diario gatuno de Slump (2014-2021)
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DoctorSlump

Foreiro Gatuno
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18/04/07
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O Xibao, Tomiño
Respostar citando Envío Mar, 02 Out 2018, 17:12
Asunto: Re: El diario gatuno de Slump

Cuaderno de bitácora. Quinto año del gato. Día 86 bis. (30 de septiembre)

Y después, pero no inmediatamente después, fui a rodar. Con la suficiente separación en tiempo, lugar, intenciones e indumentaria incluso como para considerarse una sesión distinta y por tanto merecedora de una entrada propia (bis) en el diario.

Yo me entiendo y no hago daño a nadie con mis manías. Con éstas al menos.

Se había levantado ya la niebla y detrás estaban las playas. Y qué playas. Paxariñas, Bascuas, Pragueira. Conozco mejor Grecia que Sanxenxo, y es que la foto de Silgar abarrotada cada mes de agosto es uno de los motivos por los que escapo en verano, pero hoy teníamos los arenales sólo para nosotros.

Empezamos por donde había comenzado la cronoescalada unas horas antes y pronto nos desviamos a la derecha y seguimos la costa por el sendero, amigable al principio, más tarde huraño, definitivamente hostil al final. Sangrando por los arañazos nos detuvimos un instante en Punta Montalvo a contemplar el mar en el mejor banco del mundo -uno de los muchos, estos miradores con título son como el partido de fútbol del siglo, que hay tres o cuatro por temporada- y regresamos.

Montse abandonó y yo aceleré por el camino de tierra, repentinamente ágil y animado, y continué por la cuesta (me habría sabido a poco...) y la carretera general en dirección a O Grove. Era el único corredor, y yendo decidido por el arcén, con el Atlántico a mi lado y sin más objetivos que avanzar, siempre adelante, sentí que sí, que era posible, que había un maratoniano en mí.

Siempre adelante pero acordándome de volver al coche: sumé ocho kilómetros más a los seis de Aios.

Y me di el que supongo penúltimo baño del año en Europa. (En diciembre espera Tailandia. Y antes, ¡ojalá!, hay una promesa que cumplir en Ginebra). Fue un baño espectral. La bruma lo cubría todo de nuevo y me acerqué a la orilla envuelto en una claridad lechosa, húmeda y fría. Las gaviotas parecían ser las últimas criaturas que quedaban con vida y se disputaban entre ellas el gobierno de ese planeta moribundo. Sus voces irritadas rompían el silencio advirtiéndome que allí estaba de más. El sol pálido no calentaba ya ni lograba traspasar ese velo blanquecino. Entré en el agua y rápidamente salí y hui.

Lectura recomendada: "La máquina del tiempo", de H.G. Wells.



Como el Ave Fénix resurjo de mis lesiones
DoctorSlump

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18/04/07
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O Xibao, Tomiño
Respostar citando Envío Ven, 05 Out 2018, 15:30
Asunto: Re: El diario gatuno de Slump

Cuaderno de bitácora. Quinto año del gato. Día 88. (2 de octubre)

Contra la condromalacia vivíamos mejor.

Las rodillas son las que son, con defectos estructurales de difícil o imposible solución, carencias que a base de estar ahí ya acaban formando parte de la idiosincrasia. Contaba con ellas y sus males. Y siempre pensé que sería la derecha, con su historial de edemas óseos y paradas de larga duración, la que me llevaría a la ruina. Yo confiaba en la izquierda, yo creía en la izquierda. Y sin embargo esa pierna, quién me lo iba a decir, ha hecho buena a la otra. Cada día despierto con un titular nuevo: el tibial, el cuádriceps, el vasto externo, la uña, la fascitis, el sacro, el psoas, el piramidal, la tapa del delco. Bendito cartílago dañado, real, concreto, sólido, afrontable, injustificable, odiable. Esta pierna izquierda, que se esfuerza en crear problemas donde no los hay, que da bandazos, que parece mi enemiga, que sospecho que es mi enemiga, esta izquierda -será la edad- confieso que no la reconozco, que me avergüenza, que no me representa, que la temo. ¡Voto a bríos!

Aparcado temporalmente (aunque asomando el hocico) el dolor en la cintilla...

- ¿Tú estás seguro de que la cintilla es una zona del cuerpo?
- Al menos para entendernos.

... aparcado ese dolor, tengo otros muchos igual de incapacitantes. O es quizás uno que se ha dividido en dos. El que baja llega hasta el empeine. El que sube llega casi hasta la cadera. Lo describiré así: es como si os clavasen una aguja hipodérmica anestesiante en el muslo y al rato un cuchillo. Al comienzo, mientras dura la sedación, notáis un adormecimiento, una pesadez, un miembro muerto, desagradable, apenas funcional, soportable; después, cuando pasan los efectos, sentiréis el acero que os desgarra la carne.

Con este panorama desalentador salí en bicicleta el lunes por Goián y a pie el martes por Vila Nova de Cerveira para unas series prudentes de ochocientos metros en tres minutos y medio.

De cardio y energía no me quejo, cumplo. Pero. En las recuperaciones recurría a patadas, palmadas, estiramientos, jaculatorias. Según aumentaban las repeticiones el cuádriceps se iba volviendo mazacote muscular, gurrumillo (palabro dudoso) extraño, alien escapado de la vaina y amarrado a mí. En la décima o undécima carrera era navaja albaceteña incrustada.

Ya de noche veo a un hombre con linterna trapaceando, unos aires furtivos, una llama minúscula. ¡Eh!, grito mientras corro, ¡tooo!, responde tranquilo. Regreso y permanece quieto mirando su trabajo, curioso pirómano sin disimulos. Vuelvo por fin para terminar el último de los doce ochocientos, se ha marchado, me paro. En el hueco de un tronco, unas ascuas, un fuego de juguete, algo testimonial, como una ofrenda, inofensivo. Me acerco por si procede apagarlo y me topo de narices con un nido de velutinas. Hablando de agujas. A dos veinte el kilómetro hice esa serie, y cojo.

Es octubre. Lo voy a intentar. No puedo prometer más.

Tenemos el visado. He asegurado que no busco participar ni he participado en actividades terroristas, de espionaje, sabotaje o genocidio. Tenemos los vuelos, la casa, los seguros, las entradas para la NBA, los mapas, las ganas.



Como el Ave Fénix resurjo de mis lesiones

Última edición por DoctorSlump o Mér, 22 Abr 2020, 12:43; editado 1 vez
corredor101

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Respostar citando Envío Ven, 05 Out 2018, 15:44
Asunto: Re: El diario gatuno de Slump

Todos esos dolores que mencionas suenan mal, pero... mira que aprendes de anatomía!!!
En cuanto al visado, si no vas a hacer ninguna de esas actividades, pues menudo coñazo. Estos yankees son unos muermos.
freakyrunning

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Respostar citando Envío Ven, 05 Out 2018, 15:58
Asunto: Re: El diario gatuno de Slump

corredor101 escribió:
Estos yankees son unos muermos.

Dales la dirección de tu diario, y ya no te dejan entrar.
DoctorSlump

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Asunto: Re: El diario gatuno de Slump

Cuaderno de bitácora. Quinto año del gato. Día 91. (5 de octubre)

Y el viernes, mejor. La sesión de osteopatía, los tres días de descanso, la nueva dieta (comí un plátano: ¡todo suma!), algo habrá sido.

Brevemente: fue un rodaje progresivo, que los tenía abandonados, de diez kilómetros en tramos de -muy aproximadamente- 5'15", 5'00" y 4'45". Un progresivo-progresivo: hoy progreso poco, mañana progreso más, etcétera.

Y si bien empecé con el estilete clavado e iba pensando que así es imposible correr el maratón, los dolores desaparecieron (en mí eso significa que bajaron en intensidad) y terminé con optimismo moderado. Progresivamente moderado.



El domingo vamos a Oia, al quince mil hasta A Guarda. Si me levanto con cuerpo de jota quizás aumente la distancia.

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DoctorSlump

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O Xibao, Tomiño
Respostar citando Envío Lun, 08 Out 2018, 20:49
Asunto: Re: El diario gatuno de Slump

Cuaderno de bitácora. Quinto año del gato. Día 93. (7 de octubre)

Un día raro.

Es habitual que el perro pequeño sea el instigador y el perro grande, no muy listo, el que obedezca. Así pasaba con la finca vecina en Taborda y pasa actualmente con los que tenemos enfrente en Carregal. Uno malmete, otro ladra.

Nos acercamos hasta la meta en A Guarda para la tirada larga de dos de nosotros. Venía la mañana fría, estábamos aún desesperazándonos y entramos en calor rápidamente con el asalto de Ofendidita y su correspondiente Ofendidote. Después de darle muchas vueltas he decidido no denunciarlos, por no involucrar a testigos y por no tener que repetir lo que escupieron aquellas caries. No hay jabón bastante para lavar esa boca.

Por fin arrancaron Moncho y Montse con un grupo de nécoras, e Isaías y yo cogimos el autobús a Oia. Allí hicimos un rodaje previo, más modesto, calculado para terminar justamente en el comienzo de la prueba. Seis kilómetros que, siendo pocos, nos bastaron para desorientarnos por las fincas y los accesos al mar.

Y reunidos de nuevo los cuatro (y otros quinientos, los Tortujas incluidos) empezamos a correr de regreso al punto inicial. Raro, ya digo.

Me encontraba mejor que nunca. Nunca es una forma de hablar. Y llevaba diez kilómetros totales (esto es, cuatro de los quince oficiales) cuando me ardió la pierna sin aviso, como una combustión espontánea localizada en la cara externa de la rodilla. Insoportable. Si esta lesión es la fricción entre la banda iliotibial y el epicóndilo lateral, ya salían llamas de los palos. No dolía, quemaba.

Me aparté y paré. Esperé y me incorporé, en seguida se repitió, un hierro candente. Adiós Nueva York, adiós ríos, adiós fuentes. Pasaban los conocidos, yo en la cuneta como un gato atropellado. Estaba muy jodido. Lo intenté por tercera vez, con tres maratonianos del Carma. No podía, y el coche aparcado tan lejos. Delante de mí vi una ambulancia, aceleré apretando los dientes para llegar antes a ella y gestionar la repatriación.

Y al cambiar el ritmo -licuefacción de la sangre de San Genaro, niño que se cura al escuchar narrar un gol de Cristiano Ronaldo, exorcismos del párroco de San Campio de Lonxe, estatua de la Virgen María que llora lágrimas que huelen a rosas- se obró el milagro. Algo se recolocó, algo no rozó más, algo dejó de hacer contacto.

Raro raro raro.

Por si era la rapidez la que generaba algún tipo de grasa o sebo deslizante (confundiendo así la velocidad con el tocino), preferí no aflojar. El problema ahora era mantener el tipo. Pero el solo recuerdo de ese tizón en el menisco (sin ser el menisco) era acicate suficiente. Nota mental: considerar la opción de una guindilla motivadora en la retaguardia. Ya no me detendría más, alcancé a Montse, Isaías, Moncho, María, Diego, e iba ya a por Bargiela pero me quedé sin carrera.

Veintiún kilómetros. Y en la arena de la playa, más tranquilo, examinando los daños, no hallé rastro de la lesión. Interrogada la pierna, declaró no saber nada. Todo muy raro y muy preocupante.

No lo voy a conseguir. Espero estar en Staten Island, emocionarme, ser parte de la fiesta... y disfrutaré mientras pueda. En la riñonera, junto a los geles, meteré un billete del metro. Y Kleenex.



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corredor101

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Respostar citando Envío Mar, 09 Out 2018, 16:12
Asunto: Re: El diario gatuno de Slump

Esa sensación de quemazón es típica de la cintilla. Pero bueno, si luego pasó, pues vale, a ver cómo evoluciona. Yo cuando tuve problemas con la cintilla, a veces molestaba bastante, pero siempre me permitió correr, y de hecho, corriendo no notaba nada, era luego al para y estirar cuando lo notaba. En fin, a ver si con el fisio se te arregla un poco la cosa.

Bueno, tirada de 21 km, a estas alturas no creo que vayas a hacer más tiradas largas. Creo que ambos sabemos que vas un poco corto de kilómetros para un maratón, pero teniendo en cuenta tus circunstancias, sería peor que desde que puedes entrenar más o menos con continuidad (que fue hace no muchas semanas), te pusieras a intentar correr los km perdidos, así seguro que o te lesionabas o por lo menos seguro que llegabas cascao al maratón. Quiero decir, que en estas circunstancias, cuando queda poco para el maratón, mejor llegar un poco corto de km que intentar compensar lo de antes y pasarse de km en las semanas finales.
DoctorSlump

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Respostar citando Envío Mar, 09 Out 2018, 22:44
Asunto: Re: El diario gatuno de Slump

Cuaderno de bitácora. Quinto año del gato. Día 95. (9 de octubre)

No compensa estar lesionado. El daño que me hace el osteópata para solucionar el problema es mucho peor que el del mal en sí. Es como curar las migrañas a bofetadas, los esguinces de tobillo a patadas.

Anda encantado conmigo y lo que le cuento. Todo se le vuelve señales favorables, afortunados avisos, golpes de suerte. Hoy se ha mostrado especialmente optimista, halagador, positivo. Me recomienda fortalecer las piernas para el maratón de... Chicago. Porque Nueva York está en el bote, pan comido, faltaría más.

(De momento, si se me permite discrepar tímidamente, ha regresado la tendinitis del bíceps femoral).

Tras la sesión de tortura a mediodía salí a correr por la tarde, algo ligero para ver qué planes tenía la rodilla y si coincidían con los nuestros: seis kilómetros por Cda en media hora y unos segundos, y sensaciones buenas sin llegar a la excelencia.

Para el censo anotaré, además de un gato blanco encima de un muro, un conjunto de amazona sobre caballo y dos acompañantes atentos. ¿Habrán montado en Carregal una empresa de turismo activo?



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Respostar citando Envío Mér, 10 Out 2018, 17:21
Asunto: Re: El diario gatuno de Slump

Dani, tranquilidad y buenos alimentos.



Ansiosos ya por leer los "apuntes al natural" de esas "Historias del maratón de Nueva York" .

Esta publicación no es un juguete, no se la dé a niños menores de 100 años. No la arroje al fuego, ni aún vacía de contenido. En caso de intoxicación accidental acuda a la mayor brevedad posible al servicio de urgencias psiquiátricas más cercano.
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Respostar citando Envío Xov, 11 Out 2018, 14:56
Asunto: Re: El diario gatuno de Slump

Cuaderno de bitácora. Quinto año del gato. Día 96. (10 de octubre)

Salí por Cda a correr sin saber cómo ni a qué. De nuevo sin plan ni agenda, a salto de mata, entre sesión y sesión de fisioterapeuta. La idea inicial era hacer un rodaje progresivo, pero pasados los primeros minutos no me vi con ganas para ello y lo convertí en uno regresivo. Recordaba haber leído en la hoja colgada del corcho sobre varias tiradas a 5'20". Deceleré, fijé ese ritmo, puse cara de conocimiento y deportista con criterio.

Tres vueltas por el barrio daban unos nueve kilómetros. Decidí aumentar a diez. Después cambié a una hora. Entonces volví a los objetivos por distancia y me dije que un doce mil o nada. Y por fin, de guinda, añadí cien metros. Habría seguido incrementando infinita e infinitesimalmente pero pensé en el pobre Zenón, que aún está ahí intentando avanzar sin llegar nunca al punto de destino.

Así es como quiero demostrarle al cuerpo que es la cabeza la que manda. La rodilla no está de acuerdo y duele.

La próxima entrada del diario será, espero, desde la mágica Praga. Las zapatillas van en la maleta, al menos.



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Respostar citando Envío Mar, 16 Out 2018, 22:35
Asunto: Re: El diario gatuno de Slump

Cuaderno de bitácora. Quinto año del gato. Día 99. (13 de octubre)

La ciudad del Golem, de las sinagogas, de las lápidas como dientes torcidos del viejo cementerio judío, de las huellas de Kafka, de Jan Neruda, de las animaciones de Švankmajer, del buen soldado Švejk, de los turistas abarrotando el centro histórico, de los conciertos en todas las iglesias, de Kepler y Tycho Brahe, de las estatuas clásicas y las vanguardistas, de los parques tranquilos, del Reloj Astronómico, de la Casa Danzante, de las marionetas, del Teatro Negro, de artistas callejeros increíbles, de mercadillos que recreaban los retratos de Arcimboldo, de los tranvías. No era la Primavera de Praga pero qué hermosa estaba en otoño.

Y qué divertida. De conversaciones con el casero de madrugada en un bar gay, contándome de los encuentros secretos entre el Emperador Rodolfo II y el rabino Judah Löew. De las cervezas sin fin en U Zlatého Tygra -la preferida del escritor Bohumil Hrabal- junto a unos macedonios en esas mesas compartidas que tanto juego dan. De las muchas risas en U Fleků (que lleva en activo desde 1499 y hace disculpar la escasa simpatía de los camareros) con una familia de surcoreanos en una especie de Grand Tour por Europa; les recomendé Italia y Grecia. El acordeonista agitaba a unas palentinas desatadas que cantaban Clavelitos y a Manolo Escobar. Los españoles van a Praga a gritar como antes iban a Perpignan a ver cine prohibido.

El sábado por la tarde probé a correr a la vera del Moldava, que los checos llaman Vltava con la única intención de confundir al extranjero en los mapas. Desde el apartamento hasta el río fui sorteando peatones y semáforos, lo crucé por el puente Legií (de las Legiones) y en su centro lo abandoné y bajé los escalones a la islita Střelecký (del Disparo), pero era realmente diminuta y tras un par de vueltas subí otra vez y seguí hacia la orilla izquierda.

Según me dirigía al sur había menos gente y más aves y barcos que ejercían de boteles y pubs flotantes. Sonaba música en los puestos de bebida del otro lado. Entre los cambios de superficie (acera, asfalto, adoquines, sendero de tierra, arena), de nivel (llano, bacheado, ascendente) y de ocupación (vacío, por el medio de una feria de comida, atravesando una bandada de cisnes blancos) salió un entreno bastante extraño, difícil y lento.

De regreso a la margen derecha quise acercarme a Staré Město (Ciudad Vieja). Unas señales de aviso en el gemelo me aconsejaron parar.

Dice el Garmin que fueron sólo siete kilómetros. Claro que también dice en el gráfico que crucé el Moldova por el agua y no. Milagros los justos, que el famoso Niño Jesús de Praga es más pequeño que el Manneken Pis.


Tengo un animal curioso mitad gatito, mitad cordero... (Franz Kafka, El híbrido)

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Respostar citando Envío Mér, 17 Out 2018, 14:39
Asunto: Re: El diario gatuno de Slump

Cuaderno de bitácora. Quinto año del gato. Día 100. (14 de octubre)

Más accidentado fue el rodaje del domingo.

Con la cabeza ligeramente pesada me levanté temprano y estudié cómo subir al Castillo. Que no es tal castillo. Pretendía ser más madrugador que los turistas y poder visitar el Callejón del Oro antes de la apertura de los monumentos.

A las ocho estaba listo en la puerta. Iba en dirección a Mánesův most, esto es, el puente de Mánes, pero al encontrarme el de Carlos (IV) sin hordas no me resistí a cruzarlo. Dormían o desayunaban aún los españoles y sólo asiáticos de países donde nace el sol lo recorrían. Al menos una docena de parejas de novios posaban aquí y allá con sus trajes negros y vestidos blancos. Cuando revisen sus fotos en China, Japón, Corea, en muchas figurará un tipo corriendo de fondo. No estaban mis amigos de la víspera, que entre otras cosas habían decidido conjuntamente que me envidiaban por ser friendly, energetic y traveler. Bueno.

Y por cambiar de puente y variar la ruta aprendida me perdí. Además de tener que frenar para poner el Google Maps (llevaba el móvil y las llaves en la mano), llegué rodeando la colina por la parte posterior, más lejana y más alta, con una segunda parada para recuperar el aliento.

La tercera interrupción fue en el control militar.

La cuarta, al intentar entrar por despiste en una zona señalizada como de salida.

Correteando por las plazas, frente a la Catedral de San Vito o la Basílica de San Jorge, de arco en arco, por fin di con el acceso al Callejón del Oro. Un funcionario tras los tornos me impidió el paso. Que a las nueve con ticket. Ya, precisamente, son las ocho y media, ahora es gratis y libre. Que no. A ver, el horario comercial es de nueve a cinco. Yes. ¿Y más tarde de las cinco puedo venir? Yes. ¿Y antes de las nueve? No. ¿Por qué? Si se fija bien, en realidad ahora mismo es (mucho) después de las cinco de ayer. No se dejó convencer. El Garmin seguía en marcha registrando ritmos paupérrimos mientras discutíamos, así que me fui, lleno de razón y sin visita.

Y de regreso a casa ya no me detuve más. O hasta donde yo creía que estaba la casa. Apagué el reloj y el entrenamiento definitivamente y con la ayuda del teléfono localicé el edificio a sólo media manzana. No había apuntado nada mal para mis estándares.

Siete kilómetros. Siempre son siete kilómetros lentos y retorcidos en Praga. La rodilla/cintilla duele pero no incapacita. Y quedan, quedaban tres semanas.






Gatos de Praga

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Respostar citando Envío Mér, 17 Out 2018, 16:03
Asunto: Re: El diario gatuno de Slump

Pobre Mellson, condenado a vagar por el mundo, pesa sobre él la maldición de ser friendly, energetic y traveller... Guiño Silbar

Esta publicación no es un juguete, no se la dé a niños menores de 100 años. No la arroje al fuego, ni aún vacía de contenido. En caso de intoxicación accidental acuda a la mayor brevedad posible al servicio de urgencias psiquiátricas más cercano.
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Respostar citando Envío Mér, 17 Out 2018, 19:18
Asunto: Re: El diario gatuno de Slump

Bueno, te llevaste las zapatillas... y las usaste! bien, dos entrenamientos más.
Lo del gato de peluche sueco...bueno, esas cosas te harán entender por qué aquí consideramos a los suecos un poco raritos.
DoctorSlump

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Respostar citando Envío Xov, 18 Out 2018, 8:50
Asunto: Re: El diario gatuno de Slump

Cuaderno de bitácora. Quinto año del gato. Día 102. (16 de octubre)

En nada nos vamos y la logística ocupa el tiempo y las preocupaciones. Nueva York no es Carregal (ni siquiera juntando el de Arriba y el de Abaixo) y son tantas cosas por organizar para los ocho días allí. Y lo del maratón.

Esta noche soñé que se habían acabado las maletas en el mundo (histeria del viaje) y desperté varias veces con calambres en las piernas (histeria de la carrera).

Estoy al borde de un ataque de. O acercándome a. Ojalá que.

El martes tocó, o mejor me asigné aleatoriamente, un rodaje por Cda: doce kilómetros progresivos en segmentos de cuatro. Cada bloque era una vuelta al barrio, cada una más oscura que la anterior. A estas alturas del año ya tengo que salir con linterna obligatoriamente para:

- Ver por dónde piso, no es momento de esguinces.
- Llevar un objeto contundente por si aparece un perro suelto, esto es más psicológico que real.
- Hacerme notar para no ser atropellado.

Con las molestias inevitables, fue un buen entrenamiento. De los que dan confianza, y ando escaso de ella.



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