Mér, 19 Out 2016, 0:16
Asunto: Re: El diario gatuno de Slump
Cuaderno de bitácora. Tercer año del gato. Día 102. (16 de octubre)
Vamos por fin con la crónica del domingo, que ya estamos a miércoles y parezco George R. R. Martin demorando las entregas de “Juego de tronos”, salvando las distancias (él escribe mucho mejor y es más rico y famoso, yo estoy bastante más delgado y no tengo por qué llevar siempre esa horrorosa gorra de marinero).
Llegué con tiempo a Pontevedra, aunque da igual porque Mateo me ha encasillado como impuntual y no me libro del sambenito, y con el resto de los Jackbauers tomamos café, sacamos fotos y dejamos un silencio tras nosotros que firmarían los cartujos, la verdad es que somos gritones. Y entonces fue mi turno de aguardar por Gus y empezar a ponerme nervioso y acabar por cambiarme en una esquina e ir corriendo al coche con la mochila. Entre la ida y el retorno salió un calentamiento digno de tal nombre.
Saludos a foreros y habituales varios, temperatura perfecta, buen ambiente, ningún achaque extraordinario y unos cuantos archienemigos a la vista: todo estaba listo para una buena carrera, que por cuantificar decidí fijar por debajo de una hora y treinta y siete. Y arrancamos entre aplausos con fluidez. Demasiada. ¡Más despacio, locos! Me repito siempre, sí, porque se repiten siempre esas estampidas descontroladas, ¡que es una media maratón, calma!, proclamo en el desierto, y echo el ancla pero la marea me arrastra y saca de punto, de modo que voy más rápido de lo que debo y aun así perdiendo posiciones. Y se adelantan Gus y Manu, mis referencias para hoy, y éste me dice que Nando va allá, señalando al frente.
Pongo un ritmo estable de 4'30" y ahí me planto y a confiar en que pueda mantenerlo. Me pasa la liebre de la hora y treinta y cinco y nos golpea con el globo flotante hasta que puf, lo pierde y el hombre se queda así, como te quedarías tú si hubieras perdido tu globo, que dio pena. Y Gus y Manu (GyM a partir de ahora) a nada, a unos segundos. No aceleraré, ya caerán, pensé porque mis 4'30" sostenidos tampoco eran moco de pavo.
Pasaban los minutos, los kilómetros y los rivales. Unos chicos hacían marcha y a mis palmas devolvieron gritos de Dani Dani vamos Dani ese Dani (la camiseta delatora) que sentaron estupendamente. De ser gato, sería uno de los que ronronean fuerte. Y con las batucadas del recorrido me venía arriba.
Sigo sin localizar a Nando en los cruces, ¿dónde se habrá metido? GyM no aumentan la distancia, incluso se va acortando. No hay prisa. En lo alto de una cuesta veo un cartel atravesando la calle, a pesar del movimiento y la miopía y alguna letra borrosa, leo claramente: VINTAGE MILF. Me mata la curiosidad y subo esperando encontrarme, no sé, con unas cheerleaders cuarentonas vestidas de Bettie Page. Va a ser que no, limpio las gafas (aunque de nada sirve si lo que tienes es la mirada sucia) y compruebo que es la zona de animación del Vintage
Miler Running, ¡oops! Bueno, bienvenida sea.
Entre el público destacaba una chica rubia aplaudiendo y jaleando y sonriendo, infatigable, de las que te quitan el resentimiento con la humanidad. ¡Gracias, gracias! Y en la segunda vuelta me desoriento, de pronto Xoixe que en la primera iba casi en cabeza aparece detrás, lo mismo con Jesús Raña, y por fin en una curva es Nando, al que llevo persiguiendo toda la carrera, el que me sigue a mí. ¿No me habré confundido y cambiado el sentido? Runner kamikaze siembra el pánico en la media de Pontevedra. ¿Se habrá invertido el orden? Los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos, en cualquier caso a los de la mitad no nos afecta. Tomo a GyM como referencia válida y afronto el tercio final con bríos renovados. Ya caerán, repetí.
Otras dos chicas de alegría contagiosa me gritan, y es el momento de euforia que aprovecho para adelantar a Alberto73 como quien no quiere la cosa (y sí que la quería). Y Chamorro también está a mi espalda haciéndome señas de aprobación.
Pero en el kilómetro diecisiete comienzan los problemas, me duele aquí y allí y ahí, desde los muslos hasta el ombligo no hay un músculo amigo, y pincho estrepitosamente. Sin embargo Gus no se aleja, también va sufriendo lo suyo, y alcanzo a Manu que ha dicho basta. Me dedico a engancharme a los que me pasan, por puro coraje, y a tener que dejarlos marchar, por pura impotencia. Voy así a golpes de cadera, unos segundos corriendo y unos segundos arrastrándome.
Ya no disfruto y me noto con esa cara de trastornado con que salgo en las fotos cuando estoy mal, con cara como de Klaus Kinski, ay, uy, ay, uy, pero aunque voy fatal no pierdo demasiado tiempo, no es que lo entienda pero no voy a protestar si es a mi favor, y parece que puedo conseguir el objetivo y mejorarlo.
Me acerco al estadio, la gente aplaude y yo intento sonreír, la cara resultante es la de un loco ensayando una mueca, como de Klaus Kinski preguntándose cómo es posible que su hija sea Nastassja Kinski. Y de los espectadores surge David Couselo, ¡hacía años!, ha dejado de correr, está lesionado, ha ganado peso y lleva a su hija en brazos: saludándome va corriendo más rápido que yo. Triste, triste.
Entro en el campo, Gus va disparado. Pues no cayó precisamente el tío, ¡enhorabuena! Hago de tripas corazón y acelero por el tartán, esprinto y cruzo la meta en 1:36'03", que es mi segundo mejor registro en una media homologada, Vilagarcía permanece como un espejismo. Si en Copenhague ya había hecho mi segunda mejor marca, ésta es por tanto mi segunda segunda mejor marca consecutiva. Aunque sea con una homologación de chichinabo, que no me inspira mucha confianza.
Contento. Y un poco preocupado por el pobre estado físico y el bajón. Para recuperarse, el cuerpo, que no sé si es sabio pero sí caprichoso, pidió manzanas. Una, dos, tres. Tan goloso estaba de ellas que no las habría cambiado por chocolate Nestlé. O sí.
Como el Ave Fénix resurjo de mis lesiones
Última edición por DoctorSlump o Lun, 24 Out 2016, 8:26; editado 1 vez