Lun, 27 Mar 2017, 20:59
Asunto: Re: El Correo Papalegüense (edición online)
Hoy primer entrenamiento predominantemente diurno del año.
Y muy satisfecho, pues hay que decir que no se pareció en nada a mi última salida. Sí, aquella en la que había cero chicas corriendo (no sé si os acordáis). Esta vez todo lo contrario, las había a manos llenas.
Influiría, creo yo, el buen tiempo, y sobre todo, la luz del día. O a lo mejor, quien sabe, la explicación de que viera tantas en esta salida, y no en la anterior, es que iba yo más salido.
El caso es que
Sparkland, además, olía mucho a
Vig-Bay. Muchas caras conocidas, y todas ellas adelantándome con facilidad. Va a haber nivel el domingo, eso seguro.
No obstante, ya llegando al final de mi entreno decidí apretar un poquito más, y así impedir que ninguno más me adelantara. Pero eso, por lo visto, no le pareció buena idea a uno, que en la última cuesta me venía por detrás, pisando los talones, y con ánimo claro de querer sobrepasarme.
Yo lo mantenía a raya por el oído, cual quiróptero (o sea, murciélago, no confundir con quiropráctico), calculando la distancia por la intensidad del ruido de sus zapatazos. Utilizaba además mis conocimientos acerca del efecto Doppler, ese que explica el diferente sonido de la sirena de la ambulancia en función de si se acerca o si se aleja.
Y he de decir que todo ello le hacía un gran beneficio a mi ritmo, y que no hay duda de que correr “dopplado” es otra cosa. Uno vuela.
En terminando la cuesta, que era larga, y se endurecía al final, adelantamos a dos “jamelgas”, que iban caminando, y el zapateado se volvió más furioso, El tipo se vino arriba y me dio alcance, momento en que intercambiamos una breve conversación acerca de nuestras preferencias en materia de terrenos y desniveles.
Él decía que le encantaban las cuestas, pero yo sabía que me engañaba, e incluso que se engañaba. Lo que en realidad le gustaba era quedar de machote delante de las jamelgas.
Pero bueno, que dijera misa. En un día que estaba el patio a rebosar de chatis, acabar “ligando” con un maromo es como para pegarse un tiro.
Y eso que no os he contado la que me ha hecho el Ciripolen. Los dos primeros kms, se negó en redondo a hablarse con los satélites, poniendo mucho en peligro mi objetivo Ciempiés de 100kms mensuales, medidos y pesados.
[Lun 27, 8.99 kms - 57:21]
Esta “falsada” no se la perdono. Nuestra relación a partir de hoy va a cambiar mucho, mozalbete. Ya no vamos a ser tan amigüitos como antes…
La cosa también es que últimamente me estoy relacionando más con personas que con chismes. Raro-raro… ¿Me estaré volviendo normal?
Esta publicación no es un juguete, no se la dé a niños menores de 100 años. No la arroje al fuego, ni aún vacía de contenido. En caso de intoxicación accidental acuda a la mayor brevedad posible al servicio de urgencias psiquiátricas más cercano.