Dom, 23 Dec 2018, 16:57
Asunto: Re: Diario de Gefreiter
Viernes 21: descanso.
Sábado 22: trote pre-competición y abdominales.
Domingo 23: carrera de O Carballiño. Día frío y soleado, ideal para correr. El problema es que ha llovido todos los días anteriores y como me han dicho que parte del recorrido es por tierra tengo la duda de si ponerme o no las voladoras. Al final arriesgo y las utilizo, ya hacía tiempo que no me atrevía.
Conozco a muy poca gente, más allá de algún galgo, porque me prodigo poco por carreras ourensanas. La salida es rápida, por el casco urbano, y picando para abajo. Me voy con los de arriba y el primer km, que mi gps clava con el cartel de la organización, sale en 3:19. El segundo incluye una buena cuesta abajo y todavía es más rápido, 3:17. Las sensaciones no son malas y las voladoras aligeran los pies, pero evidentemente no iba a ser posible que fuese el ritmo medio de carrera. Había echado un vistazo a las marcas del año pasado y sabía que no era una carrera rápida, los motivos iban a quedar claros enseguida.
Se han destacado tres corredores, detrás de ellos otros tres y luego un grupo de seis en el que voy yo. Sin embargo en el tercer km pasan tres cosas: me quedo a la cola de ese grupo en el que iba, nos metemos por un parque con caminos de tierra embarrados y con hojas y mi polar se vuelve loco. Empieza a darme medias lentísimas por km, de 4:30, supongo que por la interferencia de los árboles, pero el caso es que a partir de entonces deja de ser una referencia válida ni tampoco vale la pena que descargue los datos a posteriori para analizar la carrera.
Voy de 12º, pronto de 13º porque se me suma un rival que venía por atrás. Un poco más retrasado, a unos 50 metros, veo a Saturnino, un veterano de Ourense que es toda una leyenda, nunca he quedado por delante de él las veces que me lo he cruzado en crosses o populares. Los km del 4º al 6º son todos por caminos estrechos de tierra, con curvas constantes, la verdad es que me ha pillado por sorpresa el dato. Tengo que ir con cuidado porque las voladoras tienen poco agarre y entre el barro y las hojas de roble es muy fácil resbalar con lo cual extremo las precauciones, y más todavía en un par de tramos de unos 400 metros por una pasarela de madera muy resbaladiza.
Salimos del parque y estoy intacto, que es lo principal, pero los cambios de ritmo y parones constantes no son precisamente lo que más me conviene. En cuanto pisamos asfalto recupero un ritmo constante que es lo que me conviene y me destaco ligeramente del chico que va conmigo. La carrera alterna bajadas pronunciadas (pero con el asfalto cubierto de hojas) con repechos, y en el km 7 y pico está la peor cuesta de todas. Ahí las piernas acusan el esfuerzo y se ponen a mi altura el chico con el que había ido hasta entonces y Saturnino. Cuando termina la cuesta y se vuelve a bajar las piernas se me han quedado casi bloqueadas y tardo en recuperarme de manera que me sacan un trecho.
En cuanto vuelvo a sentir las piernas intento acercarme a ellos, sobre todo porque Saturnino es veterano y cuento con que sea rival directo por categoría. Voy sufriendo mucho pero mientras la carrera va por llano me recupero bastante bien y los tengo todavía a tiro. Sin embargo sabía que cerca del final había otro repecho importante y lo subo con mucho esfuerzo. Queda un km y medio hasta la meta y voy dándolo todo. Encima es el mismo tramo que bajé a toda pastilla al inicio de la prueba y pica hacia arriba. No me puedo relajar porque todavía confío en alcanzar a algún rival y porque un chico del equipo local me viene pisando los talones.
Ese último km se me hace eterno pero por fin se termina. Entro después de Saturnino y tres segundos por delante de mi perseguidor. Mi gps se ha vuelto loco y me marca 9,6 km, según la organización son 10km y por el gps del amigo con el que he ido a la carrera 10,4. Mi intuición es que supera un poco los 10km. El tiempo ha sido 36:58, la media a saber porque la distancia no es homologada. En todo caso no es un recorrido para correr rápido por las subidas y bajadas constantes y sobre todo porque la mitad es por caminos embarrados o por las escalinatas de madera, y menos mal que no llovió las últimas horas.
Estoy agotado pero satisfecho, no tanto por el tiempo o la posición como por las sensaciones, porque no he reventado en ningún momento y en los tramos lisos por asfalto en los que se podía correr de verdad he tenido buenas sensaciones.
Me tomo un chocolate caliente que entra de maravilla, espero a que llegue mi colega, estiramientos y a la ducha. Cuando regresamos miramos la clasificación y la sorpresa es que he sido 14º (eso ya lo sabía puesto arriba o abajo) pero he sido primero de categoría, +45, porque pensaba que el margen era 45-55 pero resulta que hay otra +50, a la que pertenece Saturnino. 334 llegados a meta. Espero a la entrega de premios, que por cierto como no podía ser menos son con forma de platos de pulpo de madera y luego nos fuimos a comer, que nos lo habíamos ganado.
La semana termina con 55 km. La siguiente carrera es otro 10k aproximado en Pontecesures el sábado que viene.