Dom, 09 Abr 2017, 8:55
Asunto: Re: Diario de Gefreiter
Mc 5: día de semidescanso. Tempranito, trote al Multiusos, allí 6x3 ejercicios de pesas de tren superior y vuelta a casa al trote cochinero.
Jueves 6: rodaje de 12 km a 5 y pico de media (algún km a 4 poco por el medio) por la hierba del estadio.
Viernes 7: trote pre-competición de 4km al levantarme y flexiones.
Sábado 8: Milla nocturna de O Pino. Se celebraban el campeonato autonómico de milla en ruta y la milla popular. Yo solamente iba a apuntarme en el campeonato pero por un malentendido en el club me anotaron en las dos. Realmente mi entrenamiento de los últimos meses ha sido justo el contrario de lo que me haría falta para preparar una milla, pero el campeonato cae cuando cae (otros años lo celebran en septiembre) y siendo cerca de Santiago tenía que participar. Al menos fui sin presión porque no podía exigirme maravillas dadas las circunstancias, yo creo que ahora estoy más para una MM que para una milla, que exige un entrenamiento muy específico.
Al llegar y recoger el dorsal comprobé que aunque lógicamente la distancia era homologada no sería el día para hacer buenas marcas por las características del circuito. Era una recta con los clásicos conos para los giros y había que dar tres vueltas, pero el problema es que la recta no era llana sino que la primera mitad se hacía picando para abajo y la segunda hacia arriba. No era un cuestón pero desde luego algo más que un falso llano, y a esos ritmos se nota muchísimo. Encima la cola de meta eran unos treinta metros que formaban un repecho ya considerable.
Caliento y saludo a los amigos, entre ellos Sande que era el claro favorito en mi categoría de +45. El año pasado fue campeón de España de milla +45 y prepara distancias cortas con marcas muy destacadas. Salimos y me coloco en el grupo de cabeza aunque sin tirar, lógicamente. En la primera recta cuesta arriba ya noto que los gemelos van a ser los que resulten más exigidos. Al principio de la segunda vuelta Sande mete un cambio y me voy con él. Dos rivales más se nos unen y ya quedamos destacados. En la última vuelta seguimos incrementando el ritmo y nos quedamos ya solamente tres, con lo cual el podio lo tenía más o menos asegurado. Damos el último giro y quedan los últimos 250 metros picando hacia arriba y ahí se me escapan los dos rivales porque yo mantengo el mismo ritmo y ellos cambian, es la diferencia entre hacer series cortas o no haberlas hecho. Al menos no me derrumbo, controlo que no se me acerque el cuarto y visto que al poco rato tenía que correr la segunda milla los últimos cien metros ya voy economizando fuerzas, porque además la marca iba a ser normalita, teniendo en cuenta cómo era el circuito. Entro en 5:09 (Sande ganó con 5:01 y el segundo con 5:03).
La milla importante era la oficial, pero tres cuartos de hora más tarde debía correr la popular. Troté, estiré y fui haciendo tiempo como pude tratando de no enfriarme aunque no es fácil saber qué hacer en ese lapso de tiempo. Lo curioso es que los gemelos en vez de ir recuperándose los notaba cada vez más cargados.
En la milla popular corríamos juntos todos los veteranos, de 35 años en adelante. Los dos que me habían ganado en la oficial no participaban, y de los +35 algunos habían corrido antes (eso sí, con algo más de tiempo para recuperarse porque habían corrido antes que los +45) y otros no. También debía contar con varios +45 que estaban frescos porque solamente corrían la popular. En la milla popular las dos categorías eran +35 o +45, con lo cual sólo tenía que preocuparme de una parte de mis rivales a efectos de clasificación.
Visto lo visto, y con la duda de cómo reaccionarían las piernas ante esta segunda competición tan seguida, salí con prudencia. Se pusieron delante cinco veteranos A y me quedé a unos diez metros, tratando de no forzar. El ritmo era menos duro que en las millas oficiales porque el nivel era menor y porque nadie se decidía a tirar ya que los que podrían hacerlo estaban cansados de la milla anterior. Así fueron pasando las dos primeras vueltas y salvo el tendón de aquiles derecho que me estaba mandando señales me encontraba mejor de lo que esperaba. Habíamos abierto brecha de manera que al encarar la tercera y última vuelta tenía a unos quince metros a los cinco vet.A y detrás de mí un margen razonable sobre el resto. Aprovechando la cuesta abajo me decidí a alargar zancada, adelanté a un corredor que se había descolgado del grupo de cabeza y en el momento de dar el último giro contacté con ellos. En realidad no me jugaba más que la honrilla porque no estaba compitiendo con ellos, pero me apetecía meterme en el fregado. Lo que sucede es que al igual que en la milla oficial, en cuanto comenzaron a esprintar cuesta arriba mis piernas ya no dieron más de sí y entré en quinta posición (pero primer veterano B), de nuevo dejándome ir al final y entrando en 5:17.
Para como iba estoy satisfecho, dos medallas y mejores sensaciones de las que podía esperar. Las marcas pobres, pero viendo las que se hicieron en general ayer no lo son tanto porque el circuito no ponía las cosas fáciles. Espero poder participar en alguna milla más en los próximos meses y ya poder dar algo más de guerra.
Esperando la entrega de premios me tomé alguna comida de emergencia que llevaba en el coche (plátano, chocolatina) y después volví a Santiago y me acosté bastante tarde.
Domingo 9: nada más levantarme 8,5 km de rodaje a 5:30, con leves molestias en el tendón de aquiles que habrá que vigilar. Flexiones y abdominales.
La semana termina con 49 km por la competición de ayer fundamentalmente, aunque a partir de ahora el volumen se va a ir reduciendo progresivamente.
Si no hay imprevistos la próxima competición será el próximo fin de semana (Carrera de Pascua en Padrón, 10,5km llanos).